La cita sugiere que a lo largo de la historia, los militares siempre han entrado en conflicto con los recursos mínimos necesarios para confrontar a sus oponentes. Esto refleja un enfoque práctico para la guerra, enfatizando la necesidad de gestionar sabiamente los recursos limitados. Dado que la guerra implica costos significativos, tanto en términos financieros como en vidas humanas, es crucial que las civilizaciones sean estratégicas en sus compromisos militares.
La idea es que ninguna sociedad posee un sinfín de reservas de recursos o mano de obra, lo que provoca la necesidad de restricciones en cómo se preparan y realizan la guerra. Esta filosofía subraya la importancia de la eficiencia y la conservación en las operaciones militares, asegurando que las fuerzas solo estén equipadas en la medida que es esencial para la tarea en cuestión.