En la novela "Morir pero una vez" de Jacqueline Winspear, la protagonista, Maisie, se alienta a repensar su perspectiva sobre la muerte. La cita enfatiza ver a una persona fallecida no solo como un cuerpo sin vida sino como una representación de la vida que vivieron, al igual que examinar una prenda usada durante toda su existencia. Esta metáfora sugiere que el atuendo del fallecido, en este caso, su forma física, puede revelar ideas sobre su identidad y experiencias.
Este enfoque invita a una comprensión más profunda de los individuos, instándonos a reconocer las historias y lecciones que se mantienen dentro de la vida de quienes han fallecido. Al apreciar la "ropa" de un alma, uno puede comprender las complejidades de su carácter y el legado que dejan atrás. Subraya la importancia de recordar la humanidad dentro de los restos físicos, iluminando la conexión entre la vida y la muerte.