Hoy, debemos mirar a la ciudad de Las Vegas, Nevada, como una metáfora de nuestro carácter nacional y aspiración, su símbolo una imagen de cartón de treinta pies de altura de una máquina tragamonedas y una chica de coro. Para Las Vegas es una ciudad completamente dedicada a la idea del entretenimiento, y como tal proclama el espíritu de una cultura en la que todo el discurso público toma cada vez más la forma de entretenimiento. Nuestra política, religión, noticias, atletismo, educación y comercio se han transformado en complementos complementarios de negocios de exhibición, en gran parte sin protesta o incluso una notificación popular. El resultado es que somos un pueblo al borde de divertirnos hasta la muerte.
(Today, we must look to the city of Las Vegas, Nevada, as a metaphor of our national character and aspiration, its symbol a thirty-foot-high cardboard picture of a slot machine and a chorus girl. For Las Vegas is a city entirely devoted to the idea of entertainment, and as such proclaims the spirit of a culture in which all public discourse increasingly takes the form of entertainment. Our politics, religion, news, athletics, education and commerce have been transformed into congenial adjuncts of show business, largely without protest or even much popular notice. The result is that we are a people on the verge of amusing ourselves to death.)
Las Vegas, Nevada, sirve como un poderoso símbolo que refleja nuestra identidad y ambiciones nacionales, personificadas por sus extravagantes imágenes de entretenimiento, como una máquina de tragamonedas de cartón gigante. La ciudad representa una cultura que prioriza el entretenimiento en todos los aspectos de la vida, donde la política, la religión, las noticias, los deportes y la educación se han fusionado con la industria del entretenimiento. Esta transformación ha ocurrido con...