Según el Código Irán, el valor de la vida de una mujer es igual a la mitad de un hombre, un punto que a menudo conduce a juicios legales grotescos que castigan efectivamente a las víctimas. En este caso, el juez dictaminó que el "dinero de la sangre" para los dos hombres valía más que la vida de la niña asesinada de nueve años, y exigió que a su familia se le ocurriera miles de dólares para financiar sus ejecuciones.
(Under the Iranian code, the worth of a woman's life equals half of a man's, a point that often leads to grotesque legal judgments that effectively punish the victims. In this instance, the judge ruled that the 'blood money' for the two men was worth more than the life of the murdered nine-year-old girl, and he demanded that her family come up with thousands of dollars to finance their executions.)
El sistema legal iraní asigna a la vida de una mujer un valor que es la mitad del de un hombre, lo que resulta en resultados judiciales alarmantes que penalizan a las víctimas en lugar de a los perpetradores. En un caso inquietante destacado por Shirin Ebadi en sus memorias, un juez determinó que la compensación requerida para la ejecución de dos hombres condenados por un asesinato fue mayor que la vida de una niña de nueve años que fue asesinada.
Este fallo obligó a la familia de la víctima a reunir una cantidad significativa de dinero para pagar las ejecuciones de los hombres responsables de la muerte de su hija, ilustrando una grave injusticia dentro del marco legal que prioriza las consideraciones financieras sobre la vida humana.
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