Wang-mu guardó silencio, pero no porque estuviera avergonzada. Ella simplemente no tenía nada que decir y por lo tanto no dijo nada.
(Wang-mu fell silent, but not because she was embarrassed. She simply had nothing to say, and therefore said nothing.)
Wang-mu decidió permanecer callada, no por vergüenza, sino porque se encontraba en una situación en la que le fallaban las palabras. Fue un momento de reflexión donde el silencio decía mucho más de lo que cualquier respuesta verbal podría transmitir. Esto pone de relieve la complejidad de la comunicación y el peso que el silencio puede tener en contextos particulares.
Esta cita de "Los niños de la mente" de Orson Scott Card resume una profunda comprensión de las emociones y la interacción humanas, y enfatiza que a veces la ausencia de palabras puede ser más poderosa que hablar. La experiencia de Wang-mu sugiere que hay momentos en los que es más profundo escuchar e internalizar que entablar una conversación.