Raramente hablamos de televisión, solo sobre lo que hay en la televisión
(We rarely talk about television, only about what's on television)
Al "divertirnos hasta la muerte", Neil Postman aborda el cambio en el discurso público con el surgimiento de la televisión, argumentando que prioriza el entretenimiento sobre una conversación significativa. Sugiere que la sociedad tiende a centrarse en el contenido presentado en la televisión en lugar de participar en discusiones sobre el medio en sí. Esta preocupación influye en nuestra comprensión de temas importantes, a medida que las personas se preocupan más por el espectáculo que la sustancia.
La tesis central de Postman es que el formato de televisión distorsiona la forma en que se transmite la información, lo que lleva a un entorno donde se trivializan temas serios. Advierte que esta tendencia socava el discurso racional, ya que la línea entre el entretenimiento y la información se desdibuja, impactando en última instancia la calidad del diálogo público. Las implicaciones de este cambio desafían a las personas a reevaluar su consumo de medios y sus efectos en la sociedad.