Randy Alcorn, en su libro "Felicidad", destaca una idea errónea común de que las personas persiguen la felicidad a expensas de la santidad. Sugiere que la sociedad a menudo prioriza la búsqueda de la felicidad, lo que lleva a las personas a creer que deberían desviarse del cumplimiento espiritual a favor de los placeres fugaces. Esta mentalidad puede dar como resultado un enfoque equivocado de la vida.
Alcorn argumenta que la verdadera felicidad se encuentra a través de la santidad, y que buscar una relación con lo divino puede conducir a una alegría auténtica. Al comprender que la santidad y la felicidad no son mutuamente excluyentes, los individuos pueden adoptar un camino que fomenta tanto el crecimiento espiritual como la satisfacción genuina, en lugar de simplemente perseguir la satisfacción temporal.