Randy Alcorn, en su libro "Dinero, posesiones y eternidad", enfatiza la importancia de la administración y la atención plena hacia nuestras posesiones. Recuerda el dicho de Cristo, instándonos a no desperdiciar recursos. Este principio puede afectar significativamente nuestro enfoque a los elementos cotidianos, particularmente lo que descartamos o pasamos por alto en nuestros hogares.
Alcorn sugiere que al reflexionar sobre las enseñanzas de Cristo, podemos cultivar una mayor conciencia de nuestros hábitos de consumo. Observar nuestros refrigeradores, botes de basura y garajes pueden revelar áreas donde podemos mejorar nuestra administración, asegurando que honremos los recursos que nos dan y contribuyen positivamente a nuestro entorno.