Las mujeres y nuestro derecho a elegir iban a ser desafiados con Ashcroft. Cuando Bush nombró a Ashcroft, salí y me recibí cuatro abortos. Me abastecí. El médico decía: 'Escucha, no estás embarazada'. Le dije: 'Oye, cállate y haz tu trabajo. Estoy ejerciendo mi derecho mientras puedo, maldita sea.
(Women and our right to choose were going to be challenged with Ashcroft around. When Bush appointed Ashcroft, I went out and got me four abortions. I stocked up. The doctor was like, 'Listen, you're not pregnant.' I said, 'Hey, just shut up and do your job. I'm exercising my right while I can, dammit.)
En su libro "Sí, lo dije", Wanda Sykes expresa su frustración por las posibles amenazas a los derechos reproductivos de las mujeres planteados por figuras políticas como John Ashcroft. Después del nombramiento de Ashcroft de Bush, decidió afirmar sus derechos preventivamente sometiendo a múltiples abortos. Esta acción destaca su determinación de controlar su cuerpo y tomar sus propias decisiones con respecto a la maternidad.
La declaración audaz de Sykes durante el procedimiento, instruyendo al médico que proceda sin cuestionar su decisión, subraya su compromiso de ejercer sus derechos mientras permanecen intactos. Su historia sirve como un recordatorio de la importancia de mantener la autonomía sobre las elecciones personales, particularmente en relación con la salud reproductiva.