Sí, Satanás se rebeló. Sí, Adán y Eva eligieron libremente el pecado, y con él la muerte y el sufrimiento. Y sí, el Dios todopoderoso y feliz podría haber intervenido para evitar esas elecciones. Si esa intervención lo hubiera traído más gloria y nosotros más bien, sin duda lo habría hecho. Pero Dios, en su sabiduría, determinó que ni siquiera la rebelión y el pecado podían frustrar su plan para promover su felicidad y la de su pueblo.
(Yes, Satan rebelled. Yes, Adam and Eve freely chose sin, and with it death and suffering. And yes, the all-powerful, happy God could have intervened to prevent those choices. If that intervention would have brought him more glory and us more good, no doubt he would have done it. But God, in his wisdom, determined that not even rebellion and sin could thwart his plan to further his happiness and that of his people.)
El autor, Randy Alcorn, explora las complejidades del mal y el sufrimiento en relación con la naturaleza de Dios. Reconoce que la rebelión de Satanás y la decisión de Adán y Eva al pecado resultó en la muerte y el sufrimiento. A pesar de la omnipotencia y la capacidad de Dios para intervenir, decidió no hacerlo. Alcorn sugiere que si tal intervención se alineara con la gloria de Dios y el bienestar de la humanidad, habría actuado de manera diferente.
Además, Alcorn enfatiza que la sabiduría de Dios trasciende la comprensión humana. Él cree que incluso ante la rebelión y el pecado, el plan general de Dios permanece intacto, lo que finalmente conduce a la felicidad de Dios y de su pueblo. Esta perspectiva ofrece una visión profunda de la relación entre la soberanía divina y la elección humana.
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