Sin embargo, el fuego oscuro disminuyó: la fuerza vital se salió de ella, como él había presenciado tan a menudo antes con otros androides. La clásica renuncia. La aceptación mecánica e intelectual de lo que un organismo genuino, con dos mil millones de años de presión para vivir y evolucionarlo, nunca podría haberse reconciliado.
(Yet, the dark fire waned: the life force oozed out of her, as he had so often witnessed before with other androids. The classic resignation. Mechanical, intellectual acceptance of that which a genuine organism - with two billion years of the pressure to live and evolve hagriding it - could never have reconciled itself to.)
En "¿El Do Doids de los androides de Philip K. Dick Dream of Electric Sheep?", La escena captura el momento en que un Android exhibe signos de vida desvaneciente, ilustrando un contraste conmovedor entre seres artificiales y organismos vivos. La referencia al "fuego oscuro" que disminuye simboliza la disminución de la chispa de la vida dentro del androide, lo que refleja una aceptación mecánica de su destino. Esta escena resuena con las experiencias repetidas que el observador ha tenido con androides similares, enfatizando una cierta renuncia que las distingue de la lucha instintiva por la supervivencia observada en formas de vida orgánica.
Esta renuncia destaca una diferencia fundamental entre los androides y los seres vivos. Mientras que este último posee un impulso inherente para sobrevivir, formado más de miles de millones de años de evolución, la aceptación de su fin de Android significa una falta de verdadera profundidad emocional. Plantea preguntas profundas sobre la existencia y la naturaleza de la conciencia, lo que sugiere que a pesar de sus diseños complejos, los androides solo pueden emular la experiencia humana en lugar de comprender realmente su esencia.