MMA Ramotswe reflexiona sobre la naturaleza del amor de un niño, señalando que si bien un niño tiene un corazón singular dedicado a algunas cosas, los adultos poseen un corazón más expansivo lleno de numerosos afectos. Ella le explica a MMA Makutsi que algunas personas piensan erróneamente que pueden dividir el amor de un niño, pero es esencial reconocer que la capacidad de amor de un niño es fundamentalmente diferente de la de un adulto.
A medida que los individuos maduran, sus corazones crecen para abrazar una amplia gama de conexiones, lo que les permite apreciar muchos más aspectos de la vida. MMA Ramotswe enumera ejemplos de lo que ama, como Botswana, la lluvia y los recuerdos apreciados. Esto ilustra la riqueza de las emociones y relaciones de los adultos, en contraste con el amor enfocado y simple de los niños.