Todos tenemos monarcas y sabios para parientes; No, ángeles y arcángeles para primos; Desde los días antediluvios, los hijos de Dios se casaron en verdad con nuestras madres, las irresistibles hijas de Eva. Por lo tanto, todas las generaciones se mezclan: y el cielo y la tierra de un pariente: las jerarquías de los serafines en los cielos más altos; los tronos y principados en el zodiaco; los tonos que deambulan por todo el espacio; las naciones y familias, bandadas y pliegues de la tierra; Todos y cada uno, hermanos en esencia-oh, ¡entonces nosotros, entonces, hermanos! Todas las cosas se forman pero una completa.
(All of us have monarchs and sages for kinsmen; nay, angels and archangels for cousins; since in antediluvian days, the sons of God did verily wed with our mothers, the irresistible daughters of Eve. Thus all generations are blended: and heaven and earth of one kin: the hierarchies of seraphs in the uttermost skies; the thrones and principalities in the zodiac; the shades that roam throughout space; the nations and families, flocks and folds of the earth; one and all, brothers in essence-oh, be we then brothers indeed! All things form but one whole.)
En este extracto del "Mardi y un viaje" de Herman Melville allí ", el autor reflexiona sobre la interconexión de todos los seres, lo que sugiere que la humanidad está vinculada a figuras celestiales y terrestres, como monarcas, sabios, ángeles y la divina. Él enfatiza que los lazos entre generaciones y reinos unen el cielo y la tierra, ilustrando un linaje compartido que abarca incluso a los seres más exaltados.
Este pasaje subraya la idea de que todas las entidades, ya sean humanas o celestiales, son parte de una esencia singular y unificada. Melville alienta la noción de hermandad entre todas las creaciones, destacando que, independientemente de sus orígenes o estatus, todo está entrelazado en un todo armonioso, promoviendo el sentimiento de existencia colectiva y parentesco entre diversas formas de vida.