En todo Estados Unidos, la gente sacaba credenciales de sus bolsillos y las pegaba bajo la nariz de otra persona para demostrar que habían estado en algún lugar o había hecho algo. Y pensé que algún día todos en Estados Unidos de repente saltarán y dirán: "¡No tomo ninguna mierda!" Y comienza a empujar, maldecir y arañar al hombre a su lado.
(All over America, people were pulling credentials out of their pockets and sticking them under someone else's nose to prove they had been somewhere or done something. And I thought someday everyone in America will suddenly jump up and say, 'I don't take any shit!' and start pushing and cursing and clawing at the man next to him.)
En Estados Unidos, hay un sentido de urgencia entre las personas para mostrar sus experiencias y validar sus identidades a través de las credenciales. El acto de mostrar pruebas de haber estado en algún lugar o lograr algo parece generalizado, lo que refleja una cultura profundamente invertida en reconocimiento y estado. Esta búsqueda de la validación conduce a momentos de competencia entre las personas que compiten por el reconocimiento.
Sin embargo, la frustración subyacente en este escenario sugiere una posible erupción de descontento. La idea de que las personas podrían rebelarse eventualmente contra la presión social y la implacable búsqueda de aprobación es preocupante. Las imágenes de las personas que se elevan, rechazan la subserviencia y se enfrentan a los demás capturan un momento volátil donde la autoafirmación choca con las expectativas sociales.