En el libro de Laurie Notaro "I Love Everybody", un personaje aborda con humor los estereotipos sobre los católicos. Señalan que a pesar de algunas percepciones negativas que rodean la religión, como un carácter moral o escándalos laxos, existen reglas estrictas que rigen el comportamiento, que incluyen no participar en la desnudez. Esta declaración destaca el contraste entre ciertos comportamientos asociados con los individuos y la conducta esperada de la comunidad religiosa.
El ejemplo del personaje de la reciente peregrinación de su madre a Italia enfatiza aún más su identidad católica profundamente arraigada. Al mencionar la gran estatua de la peregrinación, ilustra los fuertes lazos con la tradición y la fe, contrarrestando las suposiciones de un enfoque más indulgente de la moralidad. La representación de Notaro captura la complejidad de las creencias personales, la cultura y las contradicciones humorísticas inherentes a las normas sociales.