Los libros son para mí, ya que los tatuajes caseros son para un recluso. No puedo tener suficiente de ellos.
(Books are to me as homemade tattoos are to an inmate. Can't get enough of them.)
En su libro "I Love Everybody", Laurie Notaro dibuja una analogía convincente entre un amor por los libros y el cariño que un interno podría tener para los tatuajes caseros. Esta comparación destaca una profunda pasión y apego, lo que sugiere que los libros sirven como elementos personales y significativos en la vida, al igual que los tatuajes son para los que están en prisión. Tal conexión implica que ambos son objetos apreciados, a menudo incorporando historias personales, experiencias y emociones.
La declaración de Notaro refleja un deseo insaciable de literatura, lo que indica que los libros satisfacen una profunda necesidad de conocimiento, entretenimiento y escape. Así como el encarcelamiento podría llevar a las personas a encontrar consuelo y expresión en el arte corporal, un amor por la lectura ofrece consuelo y un sentido de pertenencia. La metáfora finalmente celebra el poder de los libros para enriquecer la vida y la experiencia humana.