La cita del libro de Brad Thor "Código de conducta" destaca una visión crítica de las Naciones Unidas, lo que sugiere que las prácticas de la organización a menudo se consideran poco profesionales, poco éticas y responsables. Este juego en las palabras enfatiza que estos rasgos negativos están arraigados en la percepción de la ONU, llamando la atención sobre sus controvertidas acciones y decisiones. La frase captura un sentimiento compartido por algunos críticos que creen que la ONU no puede defender sus principios fundadores.
A través de esta declaración, Thor critica la efectividad de organizaciones internacionales como la ONU para mantener el orden global y la responsabilidad. La implicación es que estas organizaciones a veces pueden convertirse en burocráticas y desconectadas de sus misiones centrales, lo que lleva a frustraciones entre los Estados miembros y los ciudadanos por igual. En última instancia, la cita sirve como un recordatorio provocativo de los desafíos que enfrentan la gobernanza global y la necesidad de reforma en las instituciones internacionales.