En "Código de conducta", Brad Thor explora el valor de una cultura al enfatizar cómo trata a sus miembros más vulnerables. Él postula que la verdadera medida del valor de una sociedad radica en su cuidado de las mujeres y los niños, que a menudo representan los segmentos más débiles de la población. Esta perspectiva destaca la responsabilidad ética de una cultura para proteger y elevar a los que más lo necesitan.
El enfoque de Thor en el tratamiento de los más débiles subrayan un imperativo moral que las culturas deberían luchar. Al priorizar el bienestar de las mujeres y los niños, una sociedad demuestra su compromiso con la justicia y la compasión, revelando el carácter y la fuerza de sus valores generales. Al hacerlo, establece un estándar de cómo debería operar una comunidad, abogando por la inclusión y el apoyo a todos sus miembros.