Mientras los adultos hablamos y especulamos, mi hija de cinco años miró atentamente por la ventana. De repente se dio la vuelta y gritó: "¡Mami, mamá, no está muerta! ¡Las mujeres todavía llevan sus bufandas". Siempre asocio la muerte de Khomeini con el simple pronunciamiento de Negar, de ella tenía razón: el día en que las mujeres no usaban la bufanda en público sería el día real de su muerte y el final de su revolución. Hasta entonces, continuaríamos viviendo con él.
(As we grown-ups talked and speculated, my five-year-old daughter looked intently out of the window. Suddenly she turned around and shouted, "Mommy, Mommy, he is not dead! Women are still wearing their scarves." I always associate Khomeini's death with Negar's simple pronouncement-for she was right: the day women did not wear the scarf in public would be the real day of his death and the end of his revolution. Until then, we would continue to live with him.)
En este extracto de "Lolita Lolita de Azar Nafisi en Teherán: una memoria en los libros", la profunda observación de una niña de cinco años sirve como una lente a través del cual el autor reflexiona sobre el impacto duradero del régimen de Khomeini. El comentario inocente del niño sobre las mujeres que usan bufandas destaca la presencia continua de los ideales revolucionarios encarnados por Khomeini. Sugiere que la lucha por la libertad y la identidad no es simplemente política sino profunda y social.
Nafisi enfatiza que el verdadero fin de la influencia de Jomeini estará marcado por un cambio en las prácticas culturales, como las mujeres que eligen no usar la bufanda. Hasta que llegue ese día, el legado de su revolución continúa dando forma a la vida de las personas. Este momento encapsula la tensión entre la esperanza y la realidad, lo que indica que aunque Khomeini puede desaparecer físicamente, las repercusiones de su ideología permanecen arraigadas en la vida cotidiana.