El autor reflexiona sobre el proceso creativo y la necesidad de comenzar a escribir, incluso cuando la inspiración no ataca. Él reconoce que esperar las ideas por venir puede ser improductiva y sugiere que tomar medidas, independientemente de la calidad, es esencial para el progreso. Al escribir cualquier cosa, incluso si no lleva a ninguna parte, uno puede desbloquear la creatividad y encontrar dirección.
Este enfoque enfatiza la importancia de la sumisión y la iniciativa en la escritura. El autor señala que el acto de principio es crucial, ya que puede conducir a ideas más fructíferas y la posibilidad de refinar los pensamientos de uno más tarde. Es un recordatorio de que la creatividad a menudo requiere compromiso y esfuerzo, en lugar de esperar pasivamente la inspiración.