Domenica se acerca a un edificio de avivamiento gótico en Queen Street, después de haber empujado los pensamientos de la supuesta asunto apasionado de su amiga Antonia fuera de su mente. Ella contempla la naturaleza de los asuntos y la intensidad que parece necesaria para que uno valga la pena. Esta reflexión la lleva a cuestionar el valor y la esencia de los enredos románticos.
La escena sugiere el deseo de Domenica de separarse del drama de los demás y al mismo tiempo reflexionar sobre el significado del amor y las relaciones. Sus reflexiones indican una investigación más profunda sobre lo que hace que tales experiencias sean convincentes, insinuando la curiosidad y una sensación de desapego de la agitación de los asuntos románticos.