¿Podría uno realmente concentrarse en el trabajo de uno cuando lo preocupado por la facultad era cómo sacar la palabra vino de una historia de Hemingway, cuando decidieron no enseñarle a Brontë porque parecía condonarse el adulterio?
(Could one really concentrate on one's job when what preoccupied the faculty was how to excise the word wine from a Hemingway story, when they decided not to teach Brontë because she appeared to condone adultery?)
En "Reading Lolita en Teherán", Azar Nafisi reflexiona sobre los desafíos que enfrentan los educadores en un entorno represivo donde las obras literarias se analizan por contenido moral. Ella cuestiona si es posible centrarse en las tareas educativas cuando la facultad es consumida por debates sobre cuestiones aparentemente triviales, como editar una historia de Hemingway para eliminar las referencias al vino o al elegir no enseñar a Brontë debido a sus actitudes percibidas hacia la adultería.
Esta situación destaca una lucha más amplia entre la censura y la importancia del arte y la literatura, ya que Nafisi ilustra cómo tales restricciones disminuyen la capacidad de involucrarse profundamente con la literatura. La narración revela cómo las preocupaciones ideológicas pueden eclipsar la misión central de la academia, lo que complica la relación entre la educación y la libertad de expresión.