La muerte es un francotirador. Golpea a las personas que amas, a las personas que te agradan, a las personas que conoces: está en todas partes. Tú podrías ser el siguiente. Pero luego resulta que no lo eres. Pero claro, podrías serlo.
(Death is a sniper. It strikes people you love, people you like, people you know - it's everywhere. You could be next. But then you turn out not to be. But then again, you could be.)
Esta cita capta la naturaleza impredecible y omnipresente de la muerte. Nos recuerda que la mortalidad es una parte constante de la vida, que acecha silenciosa e inesperadamente. Si bien puede apuntar a otros, también nos deja contemplando nuestra propia vulnerabilidad y la incertidumbre de nuestra vida. Aceptar esta conciencia puede inspirarnos a valorar nuestras relaciones y vivir con intención, sabiendo que la muerte es una parte inevitable del viaje. La imprevisibilidad también subraya la importancia de valorar cada momento, ya que la línea entre seguridad y peligro suele ser más delgada de lo que pensamos.