La exposición es un modo de pensamiento, un método de aprendizaje y un medio de expresión. Casi todas las características que asociamos con el discurso maduro se amplificaron por la tipografía, que tiene el sesgo más fuerte posible hacia la exposición: una capacidad sofisticada de pensar conceptual, deductiva y secuencial; una alta valoración de la razón y el orden; un aborrecimiento de contradicción; una gran capacidad de desapego y objetividad; y una tolerancia a la respuesta retrasada.
(Exposition is a mode of thought, a method of learning, and a means of expression. Almost all of the characteristics we associate with mature discourse were amplified by typography, which has the strongest possible bias toward exposition: a sophisticated ability to think conceptually, deductively and sequentially; a high valuation of reason and order; an abhorrence of contradiction; a large capacity for detachment and objectivity; and a tolerance for delayed response.)
La exposición sirve como un enfoque vital para el pensamiento y el aprendizaje, mejorando cómo expresamos ideas. Prospera en el poder de la tipografía, que apoya el discurso claro y organizado. Las características del discurso maduro, como el pensamiento conceptual, la deducción lógica y una apreciación por el orden, se elevan a través de este medio. La tipografía fomenta una forma de pensar razonada y sistemática, permitiendo claridad y objetividad en la comunicación.
Neil Postman, al "divertirnos hasta la muerte", enfatiza cómo estos atributos de exposición ayudan a evitar contradicciones y fomentar una respuesta reflexiva, reflejando los valores de una sociedad informada. Este método permite una perspectiva más separada, clave para comprender ideas complejas y participar en un diálogo significativo. La capacidad de procesar información con paciencia y razón es esencial en contraste con formas más sensacionales de comunicación prevalentes en la actualidad.