Epictetus destaca la relación entre las emociones negativas y la ausencia de felicidad en sus escritos. Señala que los sentimientos como los disturbios, el dolor y los celos crean un ambiente donde la alegría no puede prosperar. Estas emociones problemáticas llenan el espacio donde la felicidad podría afianzarse, lo que sugiere que una mente cargada por estos sentimientos no puede experimentar una verdadera satisfacción.
Además, enfatiza el papel de los valores falsos en el fomento de estos sentimientos negativos. Cuando nos adherimos a las creencias equivocadas, nos preparamos para la decepción, lo que lleva a deseos frustrados y aversiones no cumplidas. En última instancia, Epictetus nos recuerda que cultivar valores auténticos es esencial para allanar el camino para la felicidad genuina y el bienestar emocional.