Randy Alcorn, en su libro "Dinero, posesiones y eternidad", enfatiza que a la luz de nuestra riqueza y recursos, el valor predeterminado debe ser dar en lugar de mantener. Argumenta que a menudo asumimos incorrectamente que mantener o gastar el dinero que tenemos es la opción correcta, cuando de hecho, nuestro objetivo principal debería ser la generosidad. Alcorn cree que a menos que haya una fuerte justificación para retener o utilizar nuestros recursos financieros, nuestro instinto debe ser compartir y dar a los demás.
La idea desafía las opiniones tradicionales sobre la administración del dinero al sugerir que la tendencia a acumular la riqueza debe ser cuestionada. Alcorn postula que dar no es solo una opción, sino que debería ser la primera consideración en la gestión de nuestras finanzas. Esta perspectiva fomenta un cambio de mentalidad del interés propio, priorizando el altruismo y las necesidades de los demás como principios rectores en nuestras decisiones financieras.