En "Buena prosa: el arte de la no ficción", Tracy Kidder destaca el intrincado desafío que enfrentan los memorias al navegar por su propio caos interno. El viaje comienza con la lucha por identificar un singular "I" que puede articular efectivamente los aspectos complejos y multifacéticos de su identidad. Este paso fundamental es crucial para elaborar una narrativa coherente y atractiva que resuena con los lectores.
Kidder enfatiza que un Memoirist no solo debe enfrentar su trastorno interno, sino también encontrar una manera de representar sus experiencias auténticamente. Al tejer diversos elementos de su vida, el autor puede crear una cuenta convincente que refleje la lucha personal y el crecimiento, permitiendo a los lectores conectarse profundamente con la narrativa.