La cita de Barbara Kingsolver refleja los humildes comienzos de su viaje de escritura, donde escribió su primera novela en el espacio confinado de un armario. Esta configuración simboliza los espacios a menudo pasados por alto y personales donde florece la creatividad. Destaca la idea de que pueden surgir grandes obras incluso de las circunstancias más poco convencionales.
En su libro "Small Wonder", Kingsolver comparte historias que resuenan con temas de descubrimiento y resiliencia. Su experiencia en un armario sirve como un recordatorio de que la inspiración puede venir de cualquier lugar, y enfatiza la importancia de encontrar tiempo y espacio para crear, sin importar la situación.