En la cita, Burroughs reflexiona sobre su incertidumbre sobre la verdadera naturaleza de enamorarse, reconociendo que el concepto es complejo y ha cambiado con el tiempo. Señala que el amor romántico, como lo entendemos hoy, se desarrolló durante la Edad Media y contrasta las nociones occidentales de amor con otras culturas. Específicamente, señala que los árabes carecen de una palabra distinta para el amor fuera del deseo físico, lo que indica diferencias culturales en cómo se percibe y practica el amor.
Burroughs sugiere que, en su opinión, el amor está estrechamente relacionado con la atracción física y un cariño por alguien, en lugar de las conexiones emocionales más profundas a menudo asociadas con el amor romántico en las sociedades occidentales. Esta perspectiva plantea preguntas sobre la universalidad del amor y sus diversas interpretaciones en diferentes culturas y contextos históricos, destacando los variados significados asociados al concepto de amor.