Tengo una fantasía recurrente de que se ha agregado un artículo más a la Declaración de Derechos: el derecho al libre acceso a la imaginación. He llegado a creer que la democracia genuina no puede existir sin la libertad de imaginar y el derecho a usar obras imaginativas sin restricciones. Para tener toda una vida, uno debe tener la posibilidad de dar forma públicamente y expresar mundos privados, sueños, pensamientos y deseos, de tener constantemente acceso a un diálogo entre los mundos públicos y privados. ¿De qué otra manera sabemos que hemos existido, sentido, deseado, odiado, temido?
(I have a recurring fantasy that one more article has been added to the Bill of Rights: the right to free access to imagination. I have come to believe that genuine democracy cannot exist without the freedom to imagine and the right to use imaginative works without any restrictions. To have a whole life, one must have the possibility of publicly shaping and expressing private worlds, dreams, thoughts and desires, of constantly having access to a dialogue between the public and private worlds. How else do we know that we have existed, felt, desired, hated, feared?)
En su trabajo "leyendo Lolita en Teherán", Azar Nafisi expresa la idea de que la verdadera democracia se basa en la libertad de la imaginación. Ella enfatiza que la capacidad de acceder y compartir trabajos imaginativos es esencial para que las personas experimenten plenamente la vida. Esta libertad permite la expresión de pensamientos y sueños personales, creando un diálogo entre las experiencias privadas y la esfera pública.
Nafisi argumenta que sin este derecho, los individuos pueden luchar por comprender y articular sus sentimientos y existencia. Sugiere que el derecho al libre acceso a la imaginación es crucial para comprometerse con las complejidades de la vida y fomentar una sociedad democrática que valora la expresión personal y la creatividad.