Kurt Vonnegut Jr. recuerda una experiencia durante un discurso en la Biblioteca del Congreso a principios de la década de 1970. A mitad de su presentación, un miembro de la audiencia lo desafió, cuestionando su autoridad para inculcar el cinismo y el pesimismo en la juventud de Estados Unidos. Esta confrontación inesperada dejó a Vonnegut sin palabras, lo que lo llevó a salir del escenario sin una respuesta satisfactoria.
Este momento refleja las complejidades de ser una figura pública y un líder. Destaca las responsabilidades que conlleva influir en las generaciones más jóvenes y el desafío de abordar sus preocupaciones sobre el mundo. El sincero reconocimiento de Vonnegut de su incapacidad para responder demuestra tanto la vulnerabilidad como el peso del discurso público sobre las actitudes sociales.