En su artículo, Bogen apoya la teoría de Wigan de que los individuos poseen dos mentes distintas dentro de una identidad. Este concepto desafía la percepción común de muchos, especialmente en la cultura occidental, de que somos seres fundamentalmente singulares. La noción de ser "uno" está profundamente arraigada en nuestra experiencia subjetiva, lo que dificulta aceptar la idea de una mente dual. Bogen enfatiza la importancia de abordar esta resistencia al concepto de dualidad al tiempo que reconoce la complejidad de la discusión que lo rodea.
La idea de las mentes duales plantea preguntas significativas sobre la conciencia y la identidad. Si bien muchos adoptan el sentimiento de unidad, Bogen argumenta que reconocer la existencia de múltiples aspectos dentro de nosotros mismos podría proporcionar información valiosa sobre el comportamiento humano y la psicología. Esta exploración del yo podría ayudar a conciliar nuestros conflictos internos y conducir a una comprensión más profunda de la naturaleza humana, como lo sugiere Dick en "un escáner oscuramente".