En el cuento "The Time Keeper" de Mitch Albom, se desarrolla una conversación entre personajes que transmite profundas ideas filosóficas sobre el tiempo. Un anciano expresa la creencia común de que ciertos momentos de la vida ya no son accesibles debido a la edad o las circunstancias, lo que sugiere un sentimiento de resignación. Sin embargo, rápidamente contrarresta esta noción proclamando que el tiempo no está estrictamente limitado por la edad o la percepción, sino que más bien se desarrolla como debe ser.
Destaca la importancia de reconocer que la vida tiene su propio ritmo y plan. Su sonrisa simboliza esperanza y confianza en la idea de que todo sucede en su debido momento. Esta perspectiva anima a abrazar el momento presente en lugar de sentirnos restringidos por decisiones pasadas o incertidumbres futuras, recordándonos que siempre hay un propósito detrás del momento de los acontecimientos en nuestras vidas.