En "The Last Founding Father: James Monroe y el llamado de una nación a la grandeza", Harlow Giles Unger enfatiza la importancia del respeto en las relaciones internacionales. La afirmación de Monroe destaca que el nivel de respeto entre dos poderes está directamente vinculado a sus capacidades para infligir daño entre sí con un mínimo de la autocompresión. Esta noción sugiere que las verdaderas negociaciones dependen de una comprensión de las fortalezas y vulnerabilidades de los demás.
La cita refleja una visión pragmática de la diplomacia, donde el respeto mutuo se obtiene a través de un equilibrio de poder. La forma en que las naciones se perciben entre sí influyen en sus interacciones y la probabilidad de negociaciones exitosas. Al subrayar la relación entre medios de daño potencial y respeto, la perspectiva de Monroe se trata fundamentalmente de la dinámica calculada que da forma a la política internacional.
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