Tenía la satisfacción, tan amada de los dictadores, de un estado de emergencia permanente.
(She had the satisfaction, so beloved of dictators, of a permanent state of emergency.)
En "cosas que he estado en silencio", Azar Nafisi explora el impacto de vivir bajo un régimen donde un estado de emergencia se convierte en una forma de vida. Esta experiencia es particularmente satisfactoria para los dictadores, ya que les permite mantener el control y suprimir la disidencia sin enfrentar la responsabilidad. El estado constante de emergencia crea una atmósfera de miedo e incertidumbre, que puede silenciar la oposición y justificar las medidas opresivas.
La reflexión de Nafisi destaca la ironía de tal situación: los líderes prosperan en la inestabilidad, mientras que los ciudadanos soportan sus consecuencias. El libro proporciona información sobre las ramificaciones personales y sociales del autoritarismo, que muestra cómo los que están en el poder explotan las crisis para consolidar su regla, a menudo a expensas de la libertad y los derechos individuales.