La revolución me enseñó a no ser consolada por las miserias de otras personas, no sentirme agradecido porque muchos otros habían sufrido más. El dolor y la pérdida, como el amor y la alegría, son únicos y personales; No pueden modificarse en comparación con otros.
(The revolution taught me not to be consoled by other people's miseries, not to feel thankful because so many others had suffered more. Pain and loss, like love and joy, are unique and personal; they cannot be modified by comparison to others.)
En las "cosas de Azar Nafisi sobre las que he estado en silencio", la autora reflexiona sobre su viaje personal y las ideas ganadas a través de experiencias de dolor y pérdida. Ella enfatiza que el sufrimiento de cada individuo es profundo y distinto, y no se puede medir contra las dificultades de los demás. Nafisi aboga por reconocer la naturaleza única de las emociones de uno, en lugar de sentirse consuelo en la idea de que otros pueden haber sufrido peores circunstancias.
Esta perspectiva fomenta una comprensión auténtica del dolor personal y la alegría. Al reconocer que el dolor es inherentemente subjetivo, Nafisi sugiere que es crucial honrar los sentimientos sin devaluarlos a través de la comparación. El mensaje resuena como un recordatorio para abrazar nuestras experiencias emocionales individuales, dejando espacio para la tristeza y la felicidad de una manera genuina y personal.