Ya no creo que podamos guardar silencio. Realmente nunca lo hacemos, eso sí. De una forma u otra, articulamos lo que nos ha sucedido a través del tipo de personas en las que nos convertimos.
(I no longer believe that we can keep silent. We never really do, mind you. In one way or another we articulate what has happened to us through the kind of people we become.)
En su trabajo, "cosas con las que he estado en silencio", Azar Nafisi reflexiona sobre la importancia de romper el silencio con respecto a las experiencias personales y los problemas sociales. Ella sugiere que incluso cuando tratamos de permanecer en silencio, nuestras circunstancias dan forma a nuestras identidades e inevitablemente influyen en cómo nos expresamos. Este entrelazado de silencio y expresión indica que realmente no podemos suprimir nuestras historias; Se manifiestan en nuestras acciones y carácter.
Nafisi enfatiza el poder del reconocimiento y la necesidad de hablar. Ella cree que al enfrentar y articular nuestras experiencias, comenzamos a reclamar nuestras narraciones y encontrar nuestras voces. Este mensaje subraya la profunda conexión entre la historia personal y la autoexpresión, destacando que el silencio no es un refugio verdadero, sino una parte compleja de nuestras realidades vividas.