El protagonista encuentra un profundo consuelo en sus pasatiempos, particularmente tejido y bordado. Estas actividades sirven como un medio para que ella logre una sensación de tranquilidad, ofreciendo un refugio del caos de la vida diaria. A través del tejido, experimenta un flujo relajante, mientras que el bordado le permite desatar su creatividad, trayendo alegría y satisfacción.
Ambos pasatiempos le proporcionan una sensación de libertad, lo que le permite trascender las limitaciones del tiempo y el espacio. No son solo pasatiempos, sino partes vitales de su identidad que fomentan la expresión personal y la paz interior. Esta liberación es esencial para ella, ya que crea un equilibrio en su vida en medio de la agitación externa.