La cita de Epictetus enfatiza la importancia de establecer hábitos basados en nuestras preferencias y disgustos. Si disfrutamos de una actividad en particular, debemos participar consistentemente para fomentar una apreciación y habilidad más profundas. Por otro lado, si encontramos ciertas tareas poco atractivas, es esencial desarrollar conscientemente nuevos hábitos que nos guíen hacia experiencias más satisfactorias.
Esta perspectiva fomenta un enfoque proactivo de la vida, donde nuestras acciones diarias están alineadas con nuestros intereses y valores. Al practicar rutinariamente lo que amamos y desviar nuestra atención de lo que no nos gusta, podemos cultivar un estilo de vida más satisfactorio y productivo.