Según Epictetus, un individuo no instruido se basa en factores externos para su sentido de ganancia o pérdida. Esta persona no reconoce que las verdaderas ventajas o desventajas provienen de adentro, en su lugar, atribuyen su fortuna o desgracia a circunstancias externas. Esta perspectiva limita su capacidad de crecer y comprender su propia influencia sobre su vida.
Por el contrario, un filósofo percibe que todos los beneficios y detrimentos son el resultado de sus propias acciones y elecciones. Esta autoconciencia les permite asumir la responsabilidad de sus experiencias y fomenta el crecimiento personal. Al comprender que su estado interno da forma a su reacción al mundo, pueden cultivar una vida más significativa e intencional.