El agricultor corporativo es el agricultor ausente, el extraño en su propia propiedad, demasiado importante para preocuparse por pequeños detalles como si un cerdo tiene espacio para girar o paja para dormir. Él es nuestro moderno hirelante, demasiado ocupado con negocios más grandes que el cuidado de sus propios animales, y nos advirtieron hace mucho tiempo: la mano contratada que no es pastor ni propietaria de la oveja, mira el lobo que se acerca y huye, dejando que las ovejas sean arrebatadas y dispersas por el lobo. Eso es porque él trabaja para el pago; No tiene preocupación por las ovejas.
(The corporate farmer is the absent farmer, the stranger on his own property, too important to worry about little details like whether a pig has room to turn or straw to sleep on. He is our modern hireling, too busy with bigger business than the care of his own animals, and we were warned about him long ago: The hired hand-who is no shepherd nor owner of the sheep- catches sight of the wolf coming and runs away, leaving the sheep to be snatched and scattered by the wolf. That is because he works for pay; he has no concern for the sheep.)
La cita destaca la desconexión de los agricultores corporativos de sus responsabilidades, retratándolos como figuras ausentes más absortos en preocupaciones comerciales más grandes que el bienestar de sus animales. Este desapego sugiere que carecen de una inversión personal en las vidas y el bienestar de su ganado, tratándolos como simples productos en lugar de seres vivos con necesidades.
La analogía de la mano contratada enfatiza el peligro que esto plantea, ya que carecen de la motivación inherente para proteger lo que realmente no les importa. Esto plantea preguntas éticas sobre el tratamiento de los animales en las prácticas agrícolas modernas e insta a un llamado a una mayor compasión y responsabilidad en la administración del ganado.