La verdad desesperada de la historia de Lolita no es la violación de un niño sucio de doce años, sino la confiscación de la vida de un individuo por otro.
(The desperate truth of Lolita's story is not the rape of a twelve-year-old by a dirty old man but the confiscation of one individual's life by another.)
La narración de "Lolita" trasciende los elementos impactantes de su trama, destacando una tragedia más profunda: la adquisición completa de la existencia de una persona por otra. En este contexto, la victimización de la joven significa más que solo su abuso; Refleja el tema más amplio de la vida que se aleja de los individuos, dejándolos impotentes y controlados por otros. Esta perspectiva invita a un examen crítico de la dinámica del poder y la manipulación presente en las relaciones.
Azar Nafisi, en sus memorias "leyendo Lolita en Teherán", enfatiza que la historia sirve como un comentario sobre la pérdida de la agencia que enfrenta las personas en circunstancias opresivas. Desafía a los lectores a contemplar las implicaciones de tal confiscación en la identidad personal y la libertad. En última instancia, el mensaje central es una verdad profunda e inquietante sobre cómo las acciones de una persona pueden alterar irrevocablemente la vida de otro.