En la novela de Philip K. Dick "Ubik", un momento de frustración surge cuando un personaje encuentra una puerta que exige que se abra un níquel. Este escenario inusual y estimulante destaca los temas de la realidad y las barreras impuestas por las demandas materiales, enfatizando cómo las interacciones mundanas pueden adquirir un significado inesperado en un contexto surrealista.
La cita encapsula la esencia de la exploración del libro del consumismo y las líneas borrosas entre los mundos físicos y metafísicos. Sirve como un recordatorio de las complejidades de la existencia dentro de una sociedad impulsada por el comercio, invitando al lector a reflexionar sobre las implicaciones de tales interacciones en sus propias vidas.