El efecto del género se produce a través de la estilización del cuerpo y, por lo tanto, debe entenderse como la forma mundana en que los gestos corporales, los movimientos y los estilos de diversos tipos constituyen la ilusión de un yo de género permanente. Esta formulación mueve la concepción del género del terreno de un modelo sustancial de identidad a uno que requiere una concepción del género como una temporalidad social constituida.
(The effect of gender is produced through the stylization of the body and, hence, must be understood as the mundane way in which bodily gestures, movements, and styles of various kinds constitute the illusion of an abiding gendered self. This formulation moves the conception of gender off the ground of a substantial model of identity to one that requires a conception of gender as a constituted social temporality.)
El "problema de género" de Judith Butler argumenta que el género no es una identidad estática, sino que se moldea a través de actuaciones cotidianas y expresiones del cuerpo. Estos gestos y movimientos corporales crean la percepción de una identidad de género estable, pero en realidad son parte de una construcción dinámica. Al enfatizar los aspectos sociales y temporales del género, Butler aleja la comprensión de la identidad de un modelo fijo y sustancial para reconocerlo como algo que se desarrolla continuamente a través de las interacciones sociales.
Esta perspectiva desafía las nociones tradicionales de género al sugerir que no es una cualidad inherente, sino un papel que los individuos promulgan dentro de la sociedad. La idea del género como rendimiento destaca la fluidez y la variabilidad de las identidades de género, lo que permite una comprensión más matizada de cómo las personas experimentan y expresan su género con el tiempo. Esta conceptualización fomenta un examen crítico de las normas y comportamientos que dan forma a nuestras percepciones de género, subvirtiendo en última instancia la noción de una identidad singular y fija.