El corazón de la rebelión estadounidense durante la lucha por la independencia no se encontró en las principales ciudades como Nueva York o Filadelfia, ni en áreas geográficas específicas como el Corredor Hudson. En cambio, residía dentro del ejército continental, que sirvió como fuerza fundamental para la revolución. Este ejército fue la clave para unir las colonias y mantener la lucha contra el dominio británico.

Joseph J. Ellis, en su libro "Revolucionario Summer: The Birth of American Independence", enfatiza la importancia del ejército continental como el núcleo del movimiento revolucionario. Al reunir el apoyo y mantener un espíritu de lucha, el ejército se hizo esencial para dar forma al curso de la lucha por la independencia, convirtiéndolo en un centro estratégico que definió la rebelión misma.