La forma en que crecí fue haciendo la jugada correcta cada vez.
(The way I grew up was making the right play every time.)
Crecer en un entorno que enfatiza la toma de decisiones consistentemente correctas construye una base sólida de disciplina e integridad. Esta mentalidad fomenta la resiliencia, el pensamiento estratégico y el hábito de sopesar cuidadosamente las opciones antes de actuar. Una educación así influye no sólo en el desarrollo personal sino también en el éxito profesional, especialmente en situaciones de alta presión en las que tomar la decisión correcta puede ser fundamental. Adoptar este enfoque crea una mentalidad orientada al crecimiento, la responsabilidad y la excelencia.