Hay al menos tres momentos al mes en que estás listo para saltar a través de un conter o un asiento delantero para estrangular a alguien: la mujer de Francia Télecom que no te dará las cintas de fax que están en el mostrador frente a ella porque ella No puede encontrarlos en el inventario de la computadora ... el conductor del autobús que no dejará que una mujer embarazada agotada salga de la puerta principal del autobús {se supone que saldrá de la parte trasera} de la pura mentalidad sangrienta. ... Mi problema es que pienso como un francés: transformo cada encuentro en una competencia en Satus y me enfurecgo cuando lo pierdo. –100
(There are at least three moments a month when you are ready to leap across a conter or a front seat to strangle someone: the woman at France Télecom who won't give you the fax ribbons that are there on the counter in front of her because she can't find them on the computer inventory ... the bus driver who won't let an exhausted pregnant woman out the front door of the bus {you're suppose to exit from the rear} from sheer bloody-mindedness. ... My trouble is that I think like a Frenchman: I transform every encounter into a competition in satus and get enraged when I lose it. –100)
En "París a la luna" de Adam Gopnik, reflexiona sobre las frustraciones frecuentes encontradas en las interacciones cotidianas, particularmente en París. Comparte anécdotas sobre momentos que provocan una intensa molestia, como un empleado inútil en Francia Télécom o un conductor de autobuses rígido. Estas instancias destacan un tema más grande de las personas que se sienten impotentes en situaciones mundanas, lo que lleva a una respuesta emocional que puede verificar la agresión.
Gopnik también profundiza en cómo estas experiencias están formadas por una mentalidad cultural. Describe su tendencia a ver las interacciones como competitivas, especialmente en términos de estatus social, lo que exacerba su irritación cuando no se cumplen sus expectativas. Esta perspectiva revela los mecanismos psicológicos más profundos en juego, ilustrando cómo los momentos aparentemente triviales pueden evocar fuertes sentimientos basados en las normas culturales y los valores personales.