Hay un aeropuerto en Hermosillo, y Hermosillo está a solo ochenta y cinco millas alrededor de Guaymas, pero volar es perder el punto. El punto es estar desorientado, Shriven, por el calor y las perspectivas engañosas y el sentido opresivo de la carroña. El camino brilla. Los ojos quieren cerrar.
(There is an airport in Hermosillo, and Hermosillo is only eighty-five miles about Guaymas, but to fly is to miss the point. The point is to become disoriented, shriven, by the heat and the deceptive perspectives and the oppressive sense of carrion. The road shimmers. The eyes want to close.)
En el "encorvado de Joan Didion hacia Belén", la autora reflexiona sobre la experiencia de viajar a través del calor del paisaje mexicano, específicamente entre Hermosillo y Guaymas. Aunque el viaje aéreo es un medio rápido para cubrir la distancia de ochenta y cinco millas, Didion enfatiza que volar pasa por alto la esencia del viaje. La importancia radica en la desorientación traída por el calor y las imágenes engañosas de la tierra, lo que sugiere que la verdadera comprensión proviene de participar directamente con el medio ambiente.
Didion pinta una imagen vívida del calor opresivo y las carreteras brillantes que pueden abrumar los sentidos. La incomodidad y el agotamiento experimentados en el camino sirven como una metáfora de los reflejos emocionales y existenciales más profundos que uno encuentra durante el viaje. En lugar de buscar la conveniencia de volar, aboga por adoptar los desafíos del viaje que pueden conducir a profundas ideas sobre uno mismo y los alrededores.