No medimos una cultura basada en su producción de trivialidades indiscronadas, sino lo que afirma como significativo.
(We do not measure a culture based on its output of undisguised trivialities, but what it claims as significant.)
Neil Postman, en su libro "divirtiéndonos hasta la muerte", argumenta que la verdadera medida de una cultura no radica en sus entretenimientos superficiales sino en lo que valora como importante. Él enfatiza que la importancia social está determinada por la profundidad y la seriedad con la que una cultura aborda sus ideas, en lugar de simplemente evaluar su producción de contenido trivial. Esta perspectiva fomenta un examen más detallado de las narrativas culturales que las sociedades adoptan y priorizan.
Las ideas de Postman invitan a una reflexión sobre cómo los medios modernos, particularmente la televisión, dan forma al discurso público. A medida que el entretenimiento domina cada vez más la comunicación, el desafío radica en discernir lo que es verdaderamente significativo versus lo que es simplemente para la diversión. Su mensaje sirve como una crítica de la tendencia a valorar el entretenimiento sobre una conversación sustantiva, instando a las personas a interactuar y priorizar ideas que contribuyen a una cultura significativa.