Siempre habíamos segregado el sexo del sentimiento y del amor intelectual, por lo que eras puro y virtuoso, como había dicho el tío de Nassrin, o sucio y divertido. Lo que era ajeno a nosotros fue eros, verdadera sensualidad.
(We had always segregated sex from feeling and from intellectual love, so you were either pure and virtuous, as Nassrin's uncle had said, or dirty and fun. What was alien to us was eros, true sensuality.)
En "Leer Lolita en Teherán", Azar Nafisi reflexiona sobre la división cultural con respecto a la sexualidad y la emoción. Ella describe una perspectiva rígida donde la sociedad obliga a las personas a elegir entre ser puros y virtuosos o participar en la sexualidad que se considera sucia. Esta visión binaria limita la comprensión de las conexiones humanas y la intimidad más profundas.
Nafisi argumenta que esta separación conduce a una falta de apreciación por la verdadera sensualidad y eros, que incorpora tanto la profundidad emocional como el amor intelectual. Ella destaca la importancia de adoptar una visión holística de las relaciones que trasciende las limitaciones sociales.